Boletín Acróbata #93: ¿Cuántos países hay realmente en el mundo? El extraño caso de Borneo
No me considero un coleccionista de países, al menos no uno que persigue ciegamente el sello en el pasaporte a cualquier costa.
Está bastante de moda eso, y me desespera, gente saltando de un avión a otro y permaneciendo en cada país lo mínimo y suficiente para recibir un sello en el pasaporte.
Eso no quiere decir que me de lo mismo y, desde que inicié esta aventura en 2005, desde que me mire en el espejo y me declare viajero, como uno de esos guerreros que se rayan la cara en son de guerra, llevo una cuenta bastante prolija de los países y territorios visitados.
Eso parece algo sencillo, y sin embargo es donde reside la riqueza del debate: nadie sabe a ciencia cierta cuántos países hay en el mundo.
¿Cómo? Esperá, me vas a decir, si existen satélites y atlas, y ahí están las Naciones Unidas con sus 193 estados miembro, ¿cómo puede ser que la lista de países posibles de ser visitados sea, para la comunidad viajera una frontera en constante disputa:
El reciente viaje a Borneo me puso cara a cara con los dobleces del asunto. Mirándolo fría y tradicionalmente, la isla es compartida por tres países independientes: Indonesia, Malasia y Brunei.
De hecho, es la única isla del mundo compartida por tres naciones independientes. Pero ese no es ni siquiera la puerta de entrada al debate.
Y la clave, la piedra de Rosetta, el talismán luminoso para deslizarse por los laberintos académicos del mundillo-nerd viajero, es el concepto de territorio.
Es que no se cuentan países. Desde un punto de vista viajero, haber pisado los 193 países reconocidos por la ONU es como decir que conocés Buenos Aires porque viste bailar el tango en Caminito.
Hay un amplio consenso en la comunidad viajera en que el reconocimiento de su independencia no es el único criterio para identificar un territorio como una entidad propia.
El concepto de territorio puede anticipar los futuros cambios del mapa
Así tenemos a los territorios y departamentos de ultramar geográficamente separados de su país-madre, las islas, los enclaves y exclaves, los países con reconocimiento parcial, los no reconocidos en absoluto, las repúblicas separatistas.
Visitar la Guyana Francesa, por ejemplo, un departamento de ultramar francés en Sudamérica, cuenta como un territorio aparte, ya que nadie que haya conocido París podría arrogarse el derecho a rasparlo en su mapa.
En otras palabras, demanda un esfuerzo tan específico como su cultura: una Francia con cocodrilos y muñecos vudú colgando de sus carteles prolijos que anuncian la autoroute.
Algo similar sucede con Ceuta y Melilla, enclaves españoles en Marruecos, con Alaska, separado del resto de Estados Unidos, o Puerto Rico.
Los países no reconocidos deben ser el terreno más fértil y extraño de esta comarca.
Dediqué numerosos capítulos de mi libro África el tiempo de los Ritos a Somalilandia, una república separatista con moneda, parlamento y ejército propios, por más que Google Maps y la ONU sigan figiendo demencia como si fuera parte de Somalía.
Lo mismo sucede con Transnistria, Osetia del Sur, Abjasia, Nagorno Karabakh y podría seguir enumerando.
Tampoco hay que irse a brindar con vodka entre los escombros de la Unión Soviética para toparse con territorios internos de países percibidos como “homogéneos”.
Dentro del Reino Unido, Irlanda del Norte, Escocia, Galés, Inglaterra, la Isla de Man y las Channel Islands (Jersey y Guernsey) se cuentan como territorios diferentes, no sólo por tener idiomas y tradiciones propias, sino porque hasta utilizan emisiones locales de la libra esterlina que no circulan libremente entre todos los territorios de la “unión”.
Muchas veces, estas fronteras internas son como máquinas del tiempo que permiten leer por dónde se romperá la copa cuando caiga al suelo.
En otras palabras, nadie prestó atención a la existencia de Kirguistán, Kazajstán, Lituania o Georgia hasta el colapso soviético, pero étnica y culturalmente eran territorios per se desde hacía siglos.
Borneo: una isla, cuatro territorios.
Volviendo a Borneo, tendríamos entonces tres naciones independientes pero cuatro territorios.
La parte indonesia, llamada Kalimantan, por un lado, la nación independiente de Brunei, y la mitad perteneciente a Malasia dividida en dos, Sarawak y Sabah.
Y no, no es lo mismo que dividir a Argentina en 23 “territorios” o a Estados Unidos en 50: Sabah y Sarawak tienen identidades totalmente propias, al punto que no ondean la bandera malaya sino la propia y te sellan el pasaporte al pasar de una a la otra.
El más antiguo de los territorios de la isla es sin dudas Brunei, hoy un diminuto sultanato que vive del petróleo, cuyo soberano fue hasta 2007 la persona más rica del mundo, mínima expresión de lo que supo ser un imperio naval que ocupó toda la isla.
Sarawak me parece el más interesante. Fue una especie de “colonia independiente” durante un siglo, desde 1841 hasta 1942, gobernado por la familia Brooke, los llamados White Rajahs.
Parece que cuando el sultán de Brunei no pudo controlar más esa parte de su territorio se la cedió a James Brooke, un explorador y mercenario inglés, cuya familia la gobernó durante seis generaciones con gran consenso de los locales, que aún tienen nostalgia por ese período y celebran a la familia Brooke en cada plaza, moneda o nombre de calle.
Y luego, está Sabah, en la costa mirando hacia Filipinas. Antiguamente constituía el protectorado británico de Borneo del Norte, fundado sobre concesiones del sultán de Brunei.
Por ende, incluso quien haya estado en Jakarta y Kuala Lumpur, tras visitar todo Borneo, debería sumar 4 territorios a su lista. De esta forma, la mía ha quedado en, de momento, 107 países y territorios visitados.
¿Alguna vez contaste los países y territorios que visitaste? ¿Cómo va esa cuenta?
Primicia para mis suscriptores: en pocos días se lanzará un nuevo viaje grupal. El destino es un territorio insular, complejo para nosotros, administrado por una potencia de ultramar en el continente sudamericano.
¿Ya lo sacaste?
Dejá febrero libre, y a prestar atención, que sólo habrá 10 plazas disponibles en la expedición.
El relato en una imagen 📸
No, no me puse a vender hamburguesas, estoy celebrando mi territorio 105, Sarawak.
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Que primicia ese viaje!! ya muero por tener toda la info en mis manos.
Y ya me puedo imaginar donde sera